Sopa de demonios, por Mario Luna

Una obsesión. Una manía. Una fobia incontrolable.

Pesadillas o un complejo de inferioridad.

¿Hablamos de emociones como el miedo? Quizás a ti te invade más la envidia, la frustración, la rabia, la culpa, la tristeza, la vergüenza, la depresión, la lujuria…

Qué más da. ¿Tienes demonios?  

Ponlos a trabajar para ti.

Has oído bien:

Pon a tus demonios a trabajar para ti.

Y si se niegan, lícualos, exprímelos o cuécelos a fuego lento. Como dice el refrán:

Todo demonio hace buen caldo.

• Excusator: Os aseguro que no hay refrán que diga eso…
• Mario Luna: Pues ya va siendo hora de renovar el refranero…

¿Recuerdas la pereza selectiva?

La pereza es un demonio, pero en lugar de esforzarte en vano tratando de exterminarla, ¿cómo la reconducías hacia todo aquello que no te acerca a tu visión?

• Procrastinator: Claro, muy bonito. Me la achucháis a mí.
• Distractator: Y a mí… Son lo peor estos tíos.
• Desmotivator: Lo siento, hermanos. Me obligan a hacerlo.
• Pollo: Qué guay… ¿Y decíais que también funciona con los complejos?

Puedes apostar que sí.

Si tienes un complejo que te atormenta, pronto aprenderás que puedes convertirlo en un yacimiento de ganasolina inagotable.

¿La clave? Transforma la frustración que te genera en motivación e inspiración. Canaliza dichos recursos hasta que el balance sea más positivo con ellos que sin ellos.

Y no importa de qué demonios hablemos.

Quizás se trate de un infierno hecho a tu medida. Un tormento que sólo tú conoces.

Da igual.

La cuestión es: ¿existe la forma de usar toda esa energía en tu favor?

Y en última instancia:

¿Controlas tú al demonio o te controla él a ti?

SOPA DE DEMONIOS

(Fragmento de Psicología del Éxito, página 1.127)